El amor en los tiempos de duda
Para él el compromiso es doble. El guión y el papel protagónico. Para ella una manera de probar una vez más sus condiciones de actriz, y en ocasión de este estreno volver a nuestro país por unos días cuando su destino señala Washington, al lado de su esposo el embajador.
-Me causa gracia que mis amigas me digan “la embajadora”. Solo a ellas se los permito a todos los demás me veo en la obligación de aclarar que solo soy la esposa del embajador. Y no me siento para nada abrumada con eso. Soy relajada. Mi marido trabajara en lo suyo y yo lo acompañaré sin ningún estrés. Me divierte estar aquí, me gusta la peli, me sentí bien haciéndola. Me gusta esa mirada a un matrimonio con hijos chicos que una noche se encuentran solos y raros y hasta tienen miedo de no tener tema de conversación.
Carla habla con entusiasmo de un film,”Una noche de amor” que se estrena este jueves. Para Sebastián es tiempo de preguntas ¿la viste? ¿Qué te pareció? Interroga. Pero él tiene las respuestas:
-Yo se que lo dije varias veces pero está bueno fijar posición, el AMOR con mayúsculas está sobrevalorado. Y de eso trata el film. De darse cuenta que la felicidad en un matrimonio con hijos chicos depende más de la logística que de tus propios deseos. Y que la vida tiene ese tono agridulce y no las estridencias de “lo romántico” como lugar común.
-¿Cómo fue aceptar el protagónico y trabajar con Carla?
-Con el director (Hernán Guerschuny) decidimos probar que yo hiciera el papel, si quedaba, y quedé… Y de Carla qué te puedo decir, es una grande. Cuando la gente vea la peli y vea un momento culminante, esa escena la muestra en la medida de su talento…
Los halagos van y vienen. La química de ese matrimonio de ficción funciona. Con sus mentiras y deseos ocultos. Con cobardías cotidianas. Con la tristeza a cuestas. Pero también con vínculos que valen la pena. Una de romance con un blues incluido.