BAFICI: Estrenos de grandes directores

«Mirobio y Gasolina» (2015) de Michel Gondry

Dos jóvenes amigos se embarcan en un viaje por la carretera a través de Francia en un vehículo construido por ellos mismos. Considérenla la anti-Supercool. Microbe et Gasoil es un retrato dulce, honesto y redondo de la amistad masculina adolescente, que favorece el optimismo por sobre la melancolía y, si bien no ignora el sexo, no está obsesionado con él. La película está filmada con oficio, pero casi no se ve el surrealismo típico de Gondry en cuadro.

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«Francofonia» (2015) de Aleksandr Sokurov

Haciendo foco en el Louvre, espacio que las autoridades nazis decidieron proteger durante la ocupación que llevaron adelante durante la Segunda Guerra Mundial, y a través del relato de Jacques Jaujard y el conde Franz Wolff-Metternich, Sokurov investiga la relación del arte con el poder. Suerte de secuela de El arca rusa, Francofonia es mucho más que la simple historia del museo más emblemático de Francia. Para el cineasta ruso, el Louvre es el epítome de toda la cultura occidental, algo que refleja el episodio central de este ensayo en el que se combinan las reflexiones en primera persona con las imágenes de archivo y las reconstrucciones.

«Entre cercas» (Between fences) (2016) de Avi Mograbi

Avi Mograbi decide empezar un taller de teatro en un centro de detención en el desierto israelí, cerca de la frontera con Egipto. Allí se alberga personas procedentes de Eritrea y Sudán, inmigrantes que no pueden regresar a sus países, pero tampoco tienen un futuro en Israel. La narración oral, la gestualidad
y, finalmente, la música pasarán entonces a ser espacios de resistencia y autoafirmación frente a la barbarie y el sin sentido. Avi Mograbi cede en su habitual querencia por la sátira y lo autorreferencial para entregarnos uno de los films más generosos y extremadamente emocionantes de su carrera.

«Sangre de mi sangre» (2015) de Marco Bellocchio

En un pasado lejano, la Iglesia intenta averiguar si una joven acusada de seducir y llevar al suicidio a su confesor mantiene un pacto con el diablo. En el presente, la película sigue la pista de un viejo vampiro que ve amenazada su existencia cuando un millonario intenta comprar su morada. Un cine que no huye de las fealdades y los absurdos contemporáneos en un pasaje temporal no arbitrario sino libre. Un cine aristocrático en el mejor sentido de la palabra.

«Informe General II. El nuevo rapto de Europa» (2015) de Pere Portabella

La película más reciente de Pere Portabella trata la dimensión política, económica, social y cultural de la crisis actual de la democracia parlamentaria y los movimientos sociales surgidos del 15-M. Informe general II no parece tomar partido, excepto por el de una falta de certezas radical. La elegancia formal de la película es capaz de contener las imágenes en una lejanía cuya marca constitutiva indeclinable no es otra que un signo de interrogación.

«El Porvenir» (L’avenir) (2016) de Mia Hansen-Love

Nathalie enseña filosofía en una escuela secundaria en París. Casada y con dos hijos, divide su tiempo entre su familia, sus ex alumnos y su madre. Un día, su marido anuncia que la abandona por otra mujer y ella debe seguir adelante sola. Ambientada en 2010, todavía bajo la presidencia de Sarkozy, Mia Hansen-Løve nos habla en L’Avenir del trasfondo intelectual de una época de cambios continuos; los que experimenta el personaje que interpreta Isabelle Huppert, pero también los cambios en los modelos de lucha y militancia política que enfrentan a los nostálgicos del ‘68 con las nuevas generaciones.

«La calle de la amargura» (2015) de Arturo Ripstein

Inspirado en los hechos reales sucedidos en 2009 y de gran resonancia mediática, el mítico director mexicano cuenta la historia de dos prostitutas de suerte esquiva que, una noche en la que nada sale del todo bien, asesinan accidentalmente a dos luchadores enanos. En el México que retrata Ripstein no hay víctimas y victimarios: todos sufren por igual. Narrada en un espléndido blanco y negro (que a la tragedia siempre le sienta bien), La calle de la amargura es una muestra más del talento de un director que nada tiene que envidiarle a su maestro Luis Buñuel, de quien está cada día más cerca.

Textos tomados del catálogo del BAFICI.

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