Es un éxito en el MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) la primera exposición retrospectiva de Yoko Ono (Tokio, 1933) en la Argentina. La muestra titulada «Dream come true» cuenta con la curaduría de Gunnar B. Kvaran y Agustín Pérez Rubio intentando correrla del lugar común de «la mujer de John Lennon». Una propuesta interesante surgida de una investigación conjunta de casi dos años y en la que participó la propia artista. Se esperaba la presencia de Yoko para la inauguración pero lamentablemente no pudo concretarse por recomendación de sus médicos.

Obras

Aunque son más de 80 trabajos, destacamos algunos de ellos:

  • La exhibición toma como eje las Instrucciones, frases simples que alientan a realizar acciones absurdas, curiosas, pero con una intencionalidad poética: «Mirar el sol hasta que se vuelva cuadrado», «Junten sus sombras hasta que se conviertan en una» o «Pásate una semana riendo». Las mismas comprenden un período muy amplio, desde 1955 hasta 2015, con particular intensidad a comienzos de la década de 1960. Las instrucciones también se presentarán en espacios públicos de la ciudad y en Internet a través de las redes sociales del MALBA.

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  • Dos escaleras resaltan en la muestra. Una es la famosa obra Ceiling Painting (1966) que consiste en una escalera clásica de madera dispuesta para que el espectador pueda subir hasta una superficie y valiéndose de una lupa descubrir la palabra «sí» (en este caso en español). Famosa porque supuestamente dio lugar a la relación entre John Lennon y Yoko Ono. «Si hubiera dicho ‘no’, me hubiera ido» contaba Lennon. La otra escalera To see the sky (2015) fue comisionada por el MOMA para la retrospectiva que tuvo allí el año pasado y presenta una escalera de metal tipo caracol que permite llegar hasta una abertura del techo para observar el cielo.

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  • Varios films integran la retrospectiva. Muchos de ellos realizados en su etapa vinculada al grupo Fluxus. Acciones mínimas que llevan al límite las convenciones de la producción cinematográfica tradicional. El encendido de un fósforo en cámara lenta o una mosca sobre el cuerpo de una mujer, entre otros.

  • La videoinstalación Sky TV (1966-2016) prueba que Yoko Ono trabajó con video y de manera muy temprana. Su inclusión es un acierto justamente por no ser una de sus obras más conocidas. Se trata de un sistema de circuito cerrado que transmite en directo la imagen del cielo en un ambiente iluminado únicamente por la pantalla de video.

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Arte conceptual y participativo

La elección de obras hace visible dos líneas de trabajo que atraviesan su producción: La idea como obra y la participación del público. Al presentar un concepto o una idea como una obra de arte en sí misma no hay un original -único- de la obra (como puede suceder en la pintura tradicional) sino que permite ser replicada en distintos lugares y formatos. Las instrucciones (instruction pieces) son precisamente un ejemplo de esto, pueden ser exhibidas en salas de museo, impresas en un libro o dichas a viva voz. No están sujetas a una materialidad y por eso también surgen con la intención de distanciarse del mercado artístico.

Otra obra interesante que vincula la participación con el arte conceptual es Mend Piece (1966). Una mesa repleta de platos rotos y algunas herramientas básicas invita a los espectadores a repararlos. Tal como señala Agustín Pérez Rubio: «en la cultura oriental, muchas veces la obra restaurada tiene más valor que la original».

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También hay un registro fílmico de Cut piece (1964). Una de sus performances más conocidas -según algunos su mejor obra- donde los espectadores van cortando la ropa de Yoko con una tijera. Una inversión interesante de la relación de poder entre el artista y el espectador, además de hacer foco en el rol de la mujer -pasiva, inmutable- como receptora de esa acción.

Los espectadores encontrarán espacio para pintar, escribir en las paredes, tocarse, subir escaleras, taparse con una tela negra. En definitiva una invitación a la experiencia participativa.

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Versión latinoamericana

La muestra tiene nexos con el contexto histórico, artístico y social de Buenos Aires y Latinoamérica.

Uno de ellos es a través de la reedición de Pomelo, el libro de Yoko Ono publicado por primera vez en español en Buenos Aires (Ediciones La Flor, 1970). Se respetó la tapa de la edición original diseñada por Oscar Smoje a pedido de Yoko. También por solicitud de la artista el catálogo de la muestra está solo en español.

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Por otro lado, se realizó una invitación a artistas latinoamericanos para participar de la exhibición. El Evento Agua se conformó con doce artistas latinoamericanos (Liliana Porter, Hernán Marina, Ana Gallardo, Amalia Pica, Rosângela Rennó, Runo Lagomarsino, Alexander Apóstol, Alfredo Jaar, Tania Bruguera, Teresa Margolles, Tercerunquinto, Antonio Caro) que realizaron una obra-recipiente capaz de llevarle agua a las personas. Yoko «completa» las obras aportando el agua para esos recipientes. (Atención para ver la obra de Tania Bruguera).

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Una pared repleta de hojas con testimonios de mujeres que sufrieron violencia de género es quizás el punto más intenso de conexión con lo local. La convocatoria Arising (Resurgiendo) que comenzó en 2013 a nivel mundial se vincula estrechamente con el espíritu del #NiUnaMenos que durante los últimos años visibilizó estas situaciones en nuestro país. El curador Pérez Rubio menciona que «Yoko es una de las primeras artistas feministas» y agrega que han recibido testimonios de violencia en tiempo presente por lo cual decidieron implementar, en esos casos, el envío de una respuesta con la información para efectuar la denuncia en su país. Las testimonios exhibidos en sala irán rotando a lo largo de la duración de la muestra. El envío del testimonio se realiza vía Internet (http://www.malba.org.ar/arising/) y pueden verse, además, en http://flickr.com/photos/museomalba.

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Artista con peso propio

El curador Gunnar B. Kvaran, nacido en Islandia y actual Director del Astrup Fearnley Museet en Oslo, hace énfasis en la biografía de Yoko Ono para resaltar los aspectos de formación y contexto de la artista que nada le deben a su relación con John Lennon.

Perteneciente a una de las familias más ricas de Japón, tuvo una educación de privilegio. Fue la primera mujer que asistió a Gakushūin, una escuela de elite en Tokyo que era solo para hombres. Allí tuvo como compañero, por ejemplo, al entonces príncipe Akihito, actual emperador de Japón. Su padre, pianista, funcionó de vehículo con el mundo artístico y cultural. Y por su ámbito laboral como banquero tenía relación frecuente con EE.UU. y Rusia. El tío de Yoko, incluso, estuvo viviendo en San Petesburgo y tuvo vínculos con artistas rusos a comienzos del siglo XX.

Aunque, por supuesto, el destino de Yoko se definiría por Nueva York a partir de un viaje en 1953 y desde ese momento consolidaría su relación con el ambiente artístico de vanguardia de allí: John Cage, La Monte Young, George Maciunas, Robert Rauschemberg y Jonas Mekas, entre otros.

Sin embargo, el Museo de Arte Moderno de esa ciudad (MOMA) demoró en reconocerla como referente y recién el año pasado exhibió su primera retrospectiva. Probablemente su reconocimiento en el mundo del arte contemporáneo más institucional haya comenzado en el  2009 cuando recibió el León de Oro por su trayectoria en la 53ª edición de la Bienal de Venecia. Quizás por tratarse de una mujer, no occidental, con (mala) fama surgida en relación a un grupo musical tan popular y por el planteo de su propia obra de desvanecer los límites entre arte y vida, su prestigio aparece algo tarde en su vida, cuando ni siquiera puede viajar para verlo en persona con sus propios ojos.

Resulta entonces una oportunidad que nosotros podamos ver estas obras en Buenos Aires, en un montaje algo estructurado para el tono de los trabajos de Yoko pero que en definitiva ponderan su figura feminista, pacifista, ecologista y de vanguardia.

El «sueño hecho realidad» podría ser, en este caso, que alguien que vaya a la muestra para conocer algo más sobre «la mujer que separó a los Beatles» salga conociendo la relevancia artística de sus propuestas. Así como el agua llena un recipiente vacío, este contenido sirve para nutrir la imagen de «la artista más famosa y menos conocida del mundo». Una artista con peso propio en la Historia del Arte.

Fechas: 24/06/2016 al 31/10/2016

Lugar: MALBA, Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA.

Horario: Jueves a lunes: 12:00 a 20:00. Miércoles: 12:00 a 21:00. Martes: cerrado. Feriados: museo abierto de 12 a 20, excepto los días martes.

Entrada: General: $90. Estudiantes, docentes y jubilados acreditados: $45.  Menores de 5 años: sin cargo. Personas con discapacidad: sin cargo. Clientes ICBC: 20% de ahorro / 10% en MALBA Tienda. Club La Nación Premium: 2 X 1 lunes y jueves. Asociados Medifé Plata, Oro y Platinum: 2 X 1. Obra Social ASE: 2 x 1 presentando voucher de la empresa. Miércoles: General: $45. Estudiantes, docentes y jubilados con acreditación: sin cargo. Personas con discapacidad: sin cargo.

Sobre El Autor

Arte y Diseño Web

Magister en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, Licenciado en Cinematografía y Técnico Electrónico en Computadoras. Doctorando en Artes. Profesor universitario y de posgrado. Investigador de arte electrónico y nuevas tecnologías. Su producción académica se presentó en ISEA (Inter-Society for the Electronic Arts), BANFF (Canadá) y MIT (EEUU), entre otros. Realizó publicaciones en Argentina, Alemania, Francia, España y Estados Unidos entre las que se encuentra la revista Leonardo Electronic Almanac (EEUU), IEEE Computer Society (EEUU), Artnodes (España), Interartive (España), Virtual Worlds (Francia), y los libros "El error en los aparatos audiovisuales como posibilidad estética" y "Arte virtual locativo: Transgresión del espacio con dispositivos móviles". Su producción de arte electrónico y conceptual se exhibió en diversas muestras nacionales e internacionales.

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