El plateo de la obra resulta aparentemente sencillo: Una empresa ofrece una buena cantidad de dinero para que los postulantes se sometan a una serie de tests. El elegido es el típico argentino que sueña con “salvarse” con un golpe de suerte, canchero, sobrador, que oculta que tiene la soga al cuello. Por eso en la primera parte todo se desliza como una comedia amable en el ambiente de un laboratorio donde una “doctora” poco a poco ira mostrando un juego cada vez más cruel para llegar a la ansiada recompensa. Hasta donde un individuo a punto de perderlo todo es capaz de poner en juego hasta la integridad física de su círculo familiar. Hasta que punto el fin justifica los medios. Cual es el precio de un hombre arrinconado entre la codicia y el deber moral. Preguntas que tienen respuesta en el escenario de un intercambio feroz entre la oferta, la demanda y el riesgo.
Quiénes
Autor: Jordi Casanovas con versión de Daniel Veronese
Actores: Luis Machín y María José Gabin
Dirección: Daniel Veronese
Donde
Teatro Picadero, Pasaje Discepolo 1857 (metros de Corrientes y Callao)
Por qué sí
Porque la puesta de Daniel Veronese nos remite a una suerte de laboratorio alejado de la realidad que nos permite ingresar rápidamente en el territorio de los sueños y de las pesadillas. Por los dos grandes actores elegidos: Luis Machín para que despliegue todos sus recursos y María José Gabin como la imprescindible compañera que le tira todos los centros para que el trabajo de su socio sea todo lo preciso que necesita la obra. El publico, el gran destinatario, de inmediato “compra” a ese taxista porteño, sobrador, aparentemente despreocupado que firma contratos sin leerlos porque necesita imperiosamente una solución mágica. A cuantos conocemos. La progresión de la obra entra en un clima donde lo siniestro se cierne sobre el protagonista hasta transformarlo en un estropajo, en una víctima a merced de sus contratantes. Hasta el límite de la desesperación. El trabajo de Luis Machín es de una entrega total, con todos los matices, del ganador a la rata acorralada en un mundo que no comprende. Todos los elogios son merecidos.
En primera persona
Luis Machín y María José Gabin
Fragmentos de la obra