Jeremy Guillespie y Steven Kostanski directores y guionistas se han propuesto un cine de terror que rescata la vuelta a la estética de los años 80 y a convocar los homenajes al ídolo John Carpenter. Por eso construyen un film que resulta inquietante, y que propone lo que ocurre de entrada con dos personas cazando a otras, una victima y un fugitivo. Un policía encuentra al que se escapó y lo lleva a un hospital que esta por cerrar con muy poco personal. Pronto todos los humanos estarán encerrados en ese lugar, rodeados por seres con túnicas que en vez de rostros tiene un triangulo que cada vez son mas amenazantes y numeroso. Pero además el médico del pueblo construyo bajo tierra una puerta al horror, un portal y monstruos de tentáculos sangrientos y hambrientos. Mucho “gore”, encierro, mutilaciones, transformaciones. Para los amantes del género un verdadero convite al deleite. Y aunque el film no es perfecto y por momentos se llega a mesetas de acción, en conjunto entretiene con horrores, efectos especiales y litros de pintura roja.