Para quienes vieron la primera dirigida por Joel Schumager, con la creatividad de Eugenio Zanetti, y con estrellas en ese momento en ascenso como Julia Roberts, Kiefer Sutheland, Kevin Bacon y William Baldwin, esta será una secuela innecesaria. Es mas, Sutheland en el elenco que al principio convoca a la nostalgia y una esperable participación mayor en el argumento, es apenas una aparición. La historia se repite casi literalmente. Fingir una muerte corta para saber que hay después de la muerte. Provocarse un ataque al corazón y ser revividos por sus aliados. Aquí Ellen Page toma el papel de Sutheland y es la primera en experimentar con la ayuda de sus compañeros estudiantes de medicina, en ejercicio de su residencia. La única que tiene un objetivo claro, una hermanita se mata en un accidente donde ella es la culpable. Se quiere comunicar con ella de alguna manera. Al principio la visita al otro lado despierta sus potenciales neurológicos, recuerda recetas, como tocar el piano y detalles de sus estudios. Sus compañeros la envidian y quieren seguirla. Para ellos y para Ellen llegan las recriminaciones y culpas, con apariciones, acusaciones, restos del más allá que los acompañan en el más acá, pésimo intercambio. Aquí la peli oscila entre el terror, el misterio, el famoso túnel y las luces, lo diabólico y lineas de autoayuda. Un poco de cada género alternado con momentos de bailes, seducción y euforia. No aburre y aunque el director, los guionistas y productores no arriesgan ninguna idea nueva con respecto al original, quienes no vieron la primera no la pasaran mal.
LINEA MORTAL
Etiquetas: