Es una película de acción hecha por un profesional del tema que es Martín Campbell (responsable de dos Bond “Golden eye” y “Casino Royal”) que solo busca mantener la tensión y lo logra, con un inusual Jackie Chan en un papel silencioso y dramático, donde demuestra el buen temperamento que le pide este oscuro thriller, con una escena hacia el final que lo muestra en “crema” de sus creaciones coreográficas de acción. El encarna a un dueño de un restorán que asume su pasado de hombre de acción y de trágico destino, cuando su hija muere por culpa de un atentado terrorista. Los responsables una facción del IRA, que son ultraviolentos. Entonces Chan primero intenta sobornar al jefe de policía para saber la identidad de los atacantes. Como no lo logra va a Belfast y le pide los nombres al primer ministro, un ex IRA, encarnado con justeza por Pierce Brosnam. Desde allí la trama gira con vueltas de tuerca, traiciones pero por sobre todo por la voluntad de ese padre que solo quiere venganza. Una maquina de matar, un experto en ser invisible pero letal que acorrala al funcionario con bombas y extorsiones. Hasta que logra su objetivo. La tensión es constante. Para los amantes de la acción y el suspenso. La mirada sobre los irlandeses que depusieron las armas no es benévola, una exigencia de marketing del autor de la novela (Stephen Leather) y del guionista (David Marconi). Aunque la tensión nunca decae y Jacky Chan demuestra que puede llamarse una leyenda, lejos del humor pero muy cerca del combate.