Este personaje de Marvel creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1966 tuvo su debut cinematográfico junto a Capitán América en el 2016. El mismo actor Chadwick Boseman es ahora el protagonista en su nueva película. Dirigida por Ryan Coogler, que co escribió el guión con Joe Robert Cole. La idea del film es contar con acción, con momentos que parecen salidos de una de James Bond, con corridas y persecuciones que siempre tienen este tipo de películas, un plus especial. Se trata de mostrar un mundo exótico, colorido, con una mezcla del verde de la naturaleza y el azul de un metal especial el “vibrano” que le permite a ese pueblo perdido en la selva africana alcanzar niveles de tecnología únicos, riqueza, confort, una ciudad increíblemente avanzada, oculta de la avidez del mundo. Y en la historia que recuerda por momentos esas películas intensas y divertidas que fabricaba por docena Cinecitá con forzudos famosos, abundan secretos de familia, enfrentamientos, asesinatos y los malos que toda película de aventura tiene que tener: el hijo abandonado que se volvió violento encarnado por Michael B. Jordan (“Creed, Corazón de campeón” del mismo director) y un Andy Serquis desatado y talentoso. Acompañan al rey de Wakanda mujeres leales y talentosas como Ángela Bassett, Lupita Nyong´o, Laetitia Wright y Danai Gurira. Están Forest Whitaker y Martín Freeman en un agente de la CIA buenazo. El traje de la pantera negra es un acierto y no faltan los consabidos trucos digitales marca de superhéroes. Por momentos demasiado formal, con poco humor, compensado con sentimientos de personajes con carnadura, distintos y queribles. Vendrán secuelas.