Hay que prestarle atención a esta peli de una saga que aparecía como desgastada pero que de la mano de Juan Antonio García Bayona, con el guión de Derek Connolly y Colin Trevorrow, el mundo que creo la imaginación de Michael Crichton de la mano de Spielberg, cobra un muy interesante giro. Los dinosaurios vueltos a la vida, no solo se dedican a provocar asombro y comerse a unos cuantos, donde toda la tensión estaba en como escapar de los más sanguinarios, sino que ahora se transforman en víctimas y los verdaderos monstruos son los seres humanos que pretenden utilizarlos. Incluso en sus nuevas creaciones. Eso sumado al origen de una niña, heredera del creador de Jurassic, que en una secuencia muy especial se ve emparentada simbólicamente con los saurios. La isla de Nubla y los animales sobrevivientes están por desaparecer por la erupción de un volcán. Hay quienes militan por salvarlos otros que desean que mueran de una buena vez. Así que para el rescate están los efectos especiales al tope con el cine catástrofe de la lava y la erupción que lleva buena parte de la peli. Lo mejor llega con los objetivos del rescate y la manera que se resuelve. Hay acción para entretener a todos, un final que augura una nueva intervención de Bayona y por supuesto la pareja de tan buena química de Bryce Dallas y Cris Pratt que no se olvida del tono irónico que afloja tensiones, mas Daniela Pineda y Justice Smith que aportan lo suyo y por supuesto la prometedora Isabella Sermon. Y por supuesto la banda de malos notables Rafe Spall, Toby Jones, Ted Levine y una breve aparición de Jeff Goldblum. Todo armando para una aventura disfrutable, un entretenimiento que recuperó su fuerza, grandes efectos especiales y el final servido en bandeja para la próxima.