Es la numero seis de la saga pero funciona a la perfección. Entre un guión escrito por el director Christhophe McQuarrie, que no se complica demasiado ni necesita información indispensable para entenderlo, se elabora esta fórmula efectiva: Hay que recuperar tres cabezas de plutonio para que el mundo no se destruya, al protagonista siempre le sospechan que se paso al otro lado, el oscuro, y tiene colaboradores que en realidad son “la traición”. Hay que reconocerle a Tom Cruise que en la piel de Ethan Hunt es único, con su disposición para la acción física y su deseo de evitar dobles en lo posible (el episodio de su tobillo roto en una escena, disponible en youtube, contribuyó efectivamente a la leyenda) Su desempeño en las escenas de acción esta a la altura de un superhéroe pero funciona mejor. Las persecuciones en motos, en autos, en helicópteros por las montañas de Cachemira, el parkour en los techos de Paris, las corridas a pie en la catedral de Saint Paul de Londres, son todas espectaculares. Además están las mujeres que lo conmueven Rebecca Fergurson, Michelle Monaghan y la inquietante “viuda blanca” encarnada por Vanessa Kirby. Y por si esto fuera poco los recuerdos de escenas memorables de otras películas. Resultan imprescindibles los talentosos Ving Rhames Simon Pig, el equipo de oro. Y también un villano a la altura de tanto despliegue que desea un enorme sufrimiento, una impresionante destrucción para que luego el mundo este mejor. Menos mal que está Tom para salvarnos. La sexta de la saga muestra lozanía y es realmente una de las mejores películas de acción de estos últimos tiempos. Una divertimento pochoclero con todas las de la ley.