Una familia cuyo medio de vida es el delito. Y por sobre ellos la omnipresencia del poder que utiliza por decirlo de alguna manera a los sectores más bajos del delito para cumplir sus fines. El guión de María Meira apunto a esas tramas de capas corruptas que se sirven de esta familia Nieto, que es como una casta de malditos, donde el jefe de familia ha naturalizado su manera de ganarse la vida, los sueños y ambiciones tienen que ver con lo mucho en común que puede tener un grupo de clase media baja, la única diferencia es el “trabajo” que realizan. Y dentro de esa estructura un hijo rebelde que intenta pasarse a la parte lícita de la aceptación real, aunque sus esfuerzos son vanos. Lo mejor del film es un elenco de excepción: Un Daniel Fanego que con los años cada día actúa mejor, un intenso, convincente, Luciano Càceres, Cesar Bordón reafirma una vez más su calidad, Alberto Ajaka en un rol más acotado pero decisivo, violento y melindroso. Todos ellos envueltos en un destino imposible de evadir.