LA VIUDA

Neil Jordan como director y co-guionista junto a Ray Wright nos brindan un film inquietante, cruel, intrigante y muy entretenido que además sirve de soporte para demostrar que Isabelle Hupper es de esas actrices exquisitas, dueña de todos los recursos, que puede ser angelical o diabólica con un cambio sutil de mirada. Aquí en contrapunto con la también talentosa Chloë Moretz en un juego de soledades profundas  y maldades sin fondo. Una Nueva York que habitan dos jóvenes amigas y una cartera abandonada en el subte que impulsa a una de ellas, doliente por la pérdida de su madre, ingenua por su origen pueblerino, a devolverla personalmente a su dueña. Un encuentro con una señora sola y refinada con vecinos tumultuosos, que pena por su viudez y por su hija siguiendo una carrera en el exterior. Dos melancólicas sin remedio que toman el té y comienzan un juego de consecuencias. Hay momentos en que uno puede reconocer que hubo varias “inspiraciones” en otros films de género, incluso del mismo director, pero él sabe lo que hace y logra que el film fluya y atrape al espectador en cada acción sorpresiva, en cada temor, en cada escena que dobla apuestas inesperadas.  No solo hay suspenso, los personajes tienen carnadura, dolores profundos pero también se prueba que hay monstruos que andan sueltos.


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