RUMBO AL MAR

Este film tiene por un lado el contenido emotivo de ser la despedida del cine de un actor como Santiago Bal que, ya enfermo, puso toda su energía para cumplir el sueño de trabajar en un film con su hijo Federico. A este contenido nostálgico y emotivo, se suma una trama donde un padre muy con poco tiempo de vida decide que quiere cumplir con su último deseo: Viajar con su hijo mas rebelde, con quien se comunica menos, en su moto, hasta llegar a conocer el mar, para darse el gusto de saldar algunas cuentas y viajar abrazado con alguien con el que le resultó muy difícil comunicarse en el pasado. Planteado así el film arranca con ese costado de homenaje al actor desaparecido y con una intensión emotiva muy fuerte. Pero tanto en la dirección de Nacho Garassino como en el libro de Juan Faerman no estuvieron a la altura que merecían ambos actores. Demasiados momentos de viaje, poca carnadura para los demás personajes de Anita Martínez, Laura Laprida y Zulma Faiad, que daban para mucho más. Pero la química entre Santiago y Fede y el carácter de homenaje del film puede ser lo suficientemente atractivo para la audiencia.


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