Como parte de la competencia internacional, “Saudade fez morada aquí dentro” la primera película en solitario del director Haroldo Borges fue una de las sorpresas más aplaudidas y una de las favoritas para el público y los críticos. Es que el film emociona con una anécdota simple. En un pequeño pueblo de Brasil, un niño de 15 años se entera de un diagnóstico terrible, se quedará ciego de manera irreversible. Mientras asimila ese dolor, su vida transcurre en las etapas del crecimiento, juegos con su hermano, el futbol, las clases, las fiestas, el comienzo de un enamoramiento, y esa amenaza que ensombrece su vida. El director y su equipo vivieron en ese pequeño pueblo, los chicos que brillan en el film no son profesionales. Se limitaron a recorrer escuelas y anotar a los que tenían ganas de filmar una película. Nunca hubo un guion establecido. Todo se transmitió en el momento. Y el resultado es de una espontaneidad, de una frescura, de un clima captado con sensibilidad que apela a la más sincera emoción. Para el director esta historia sencilla es una metáfora sobre la actualidad política de su país y esto es lo que nos dijo, entre abrazos y felicitaciones del publico emocionado, apenas terminó el estreno en Mar del Plata.