Quizás lo que primero que se debería aclarar es que no es una película para niños, (aquí aprobada para ellos con un adulto), pero que con la inteligencia de su realizadora que utiliza toda la parafernalia de la muñeca y su mundo, probablemente los más chicos la disfruten igual con una primera lectura colorida, caótica y llamativa. Pero la inteligencia de Greta Gerwing ( la misma de “Lady Bird” y “Mujercitas”) junto a su co-autora Noah Baumbach nos brinda una delicia graciosa, irónica, cómica. Así como existe una posición en contra de la barbies como símbolo de una belleza inalcanzable, promotora de desordenes alimenticios y falsos ideales, todo eso está también, también se la ubica como una revolucionaria. Es que cortó con los muñecos bebés, con el rol obligado de jugar a las mamas de las nenas. Pero además en su mundo reinaban las mujeres que cubrían todos los cargos posibles, políticos, sociales y profesionales. Los problemas se desencadenan cuando la angustia de una humana hace mella en la Barby perfecta que descubre defectos físicos y lágrimas. Ken la acompaña al mundo real muy problemático para ella. Pero para él es descubrimiento del patriarcado que lleva velozmente a “Barbiland”. Un problema que nuestra protagonista resolverá con humanas de su parte. Todo es un regocijo, las ironías, las situaciones absurdas, la mirada a la corporación que creo ese juguete, sin destruirlo por supuesto, pero poniendo los ingredientes de una diversión encantadora. Ni hablar de ese elenco que Margot Robbie y Ryan Gossling encabezan con tanto talento.