Es una comedia costumbrista, amable, una coproducción española-argentina que pone la mirada en un fenómeno propio de los descendientes de inmigrantes. La curiosidad de ubicar en primer término, como una religión, la zona de origen de sus antepasados, aunque nunca haya visitado esa tierra. Una identidad fabricada en nostalgia falsa. En este caso el País Vasco. Aquí se cuenta la historia de Mikel, un vulnerable Jabi Elortegui que sufre un desengaño amoroso, y decide poner el Atlántico de por medio. Cuando llega a nuestro país, al pueblo perdido donde están sus familiares, se encuentra con un primo chanta (que le prometió trabajo en una fábrica que sueña construir), su hermana malhumorada, una tía abuela que no habla ni lo reconoce y a su amable cuidadora. Mikel descubre esa realidad y lo único que quiere es volver a su tierra, espantado por el panorama tan distinto a sus ilusiones. Pero consigue un pasaje de regreso para dentro de una semana. Y en esos días la historia se dará vuelta como un guante, con un giro fantasioso que permitirá sacar lo mejor de ellos mismos a toda la comunidad. Como un cuento de hadas para adultos, ingenuo y querible. El director Jabi Elortegui, reunió un elenco con Eduardo Blanco,, Laura Oliva, Inés Efrón e Itziar Aizpuru con un guión de Xabi Zavaleta y Arantxa Cuesta que tiene más carácter televisivo que cinematográfico. Una historia familiar sin incomodidades.