Una historia de crecimiento entrañable y conmovedor. Una familia que se separa: La madre una profesora de inglés abrumada por exigencia monetarias que ya no soporta a su compañero y le pide que abandone el hogar. Lo que no sospecha es que sus hijos, un adolescente que reniega de sus estudios universitarios porque quiere ser músico y su hijito adolescente, preferirán irse con su padre. El destino para esos chicos es vivir en un local cuya propiedad se supone sospechosa. Igual que el entusiasmo de ese padre de cuarenta y pico que parece un adolescente al lado de su hijo mayor de 18, con quien planea y concreta un grupo de rock. Una manera de enlazar con su pasado frustrado. Lo que parece una unión idílica mostrará sus fisuras, amagos, engaños, traiciones y el difícil arte de crecer cuando los ideales adultos se caen de su pedestal. Todo envuelto en canciones de rock, la creación de un tema especial, la realidad destrozando confianzas, la inevitable tristeza de convertirse en un adulto que luchara por sus ideales. Una historia escrita y dirigida por Guillermo Rocamora con mucho corazón y entrañable ternura. Contó con un comprometido y talentoso Franco Rizzaro, un protagonista comprometido con su rol, que transmite con precisión ese complejo proceso de evolución. Lo acompañan muy bien Diego Cremonesi, Valeria Lois, Alfonso Tort, Vicente Luan, Roberto Suarez y Angela Torres. Una bellísima y querible realización que representará al Uruguay en el largo camino hacia el Oscar. No se la pierda.
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