Precedida por muchos rumores y postergaciones, la segunda de Aquaman paso por muchas turbulencias y no oceánicas precisamente. Varios cambios en Warner, muchas retomas que subieron increíblemente su presupuesto, testeos con publico que no dieron bien, protestas por la participación de Amber Heard de parte de los fans. Y mucho tiempo desde su realización hasta su estreno. Y una escena post créditos que es una broma ya no tiene que prometer nada. La dirección de James Wan, hace posible que tanto ir y venir del proyecto no se hunda, se notan que muchas manos intervinieron y hubo mucha compaginación pero el resultado no defrauda. Wan cuenta una historia sin los fatigantes mundos paralelos e historias entrelazadas. A lo sumo tiene un toque de preocupación ecológica por un combustible que utiliza Black Manta para aumentar su poder, que contamina. Y la aparición de Atlántida al mundo, para resolver todos juntos los problemas. Lo demás es aventura, un malo tremendo, que trabajo solo sin que nadie lo advierta, un Jason Momoa que parece reírse de sí mismo y hasta hace un chiste con Loki, que libera a su medio hermano encarnado por Patrick Wilson para que todo parezca una historia de compinches, una buddy movie. Y algunas escenas de acción bien resueltas. Lo mejor es Momoa papa, fascinado con los poderes de su heredero que parece un padre soltero, porque a Amber Heard le dejaron el mínimo no imponible. No es la mejor, pero entretiene. Dos horas para un adiós.