Un film sobre la salvajada de la civilización que avanza con la consigna del progreso para ocultar la avidez de inmensos territorios y el desprecio y la solución final para los pueblos originarios. Dirigida y coescrita por Felipe Gálvez, el director chileno egresado de la FUC en su opera prima, en la autoría del guion esta Antonia Girardi, su realización tiene tintes épicos. Nueve años para concretarla, muchos países colaborando, (entre ellos Chile y Argentina), un auspicioso debut en Cannes y el premio Fripesci, representó a Chile en el camino, ya frustrado, al Oscar. La acción dividida en tres capítulos, muestra como el dueño de casi todo Tierra del Fuego ordena a un militar inglés, limpiar el territorio de la presencia de los Onas. Siete años después una investigación de la presidencia de Chile, viene a investigar la matanza, y se encontrará con casi los mismos argumentos de siempre: el famoso avance del progreso frente a la barbarie inútil de los pueblos originarios, con cómplices que, desde el poder, inevitablemente dejara las sospechas sin resultados ni culpables. Lo trágico de los sucesos se intuyen sin estar en primer plano, se conoce lo que sucedió por diálogos y mandatos. Todo en un bellísimo entorno de Tierra del Fuego y Chiloé que impone demasiado su belleza ante tanta impunidad, como dato curioso aparecen Mariano LLinas como el Perito Moreno y Luis Machin como un religioso cómplice.