El resultado de una obsesión, del arraigo a un grupo de pertenencia, de identificación plena con un entorno que los cobija. Difícil explicar el enorme atractivo que sienten los pescadores, en torno a una actividad que puede ser recreativa, un trabajo y hasta una razón para vivir. Los directores Lucia Cavalotti y Benjamín Delgado no solo descubren la belleza del rio sino que se adentran en los sentimientos de quienes participan en la competencia de la fiesta Nacional del Surubí en Goya, Corrientes, y en especial la vivencia de Tulio. Ese festejo que se originó el 15 de septiembre de 1969, cuando un grupo de pescadores decidieron salir todos juntos, se transformó en una competencia de las más importantes del mundo con más de tres mil participantes al año. Para Tulio el motor de su vida, desde hace 30 años, un hombre que saborea el hecho de pescar y que no se pierde ninguna de las fiestas
REFLEJO DE UN PESCADOR
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