Ya estamos en el reinado de la inteligencia artificial. Al menos es lo que nos plantea el personal director Bertrand Bonello en un futuro al alcance de la mano, donde las emociones humanas son el peor defecto de los humanos. Una verdadera amenaza que hay que extirpar de nuestras vidas y por eso la protagonista se somete a una purificación de su ADN. Asi es como se sumerge en vidas pasadas, y volverá a encontrar a su gran amor. La historia está muy libremente inspirada en una novela corta de Henry James que se ambienta en tres épocas diferentes: en el futuro 2044, en Paris en 1910 cuando el Sena se desbordó y en Los Ängeles el 2014. Un planteo fascinante donde el miedo a una desgracia inhibe ceder al amor, aunque inevitablemente ocurra. Pero es una suerte de thriller romántico, poblado de androides amigables, viejas muñecas, y muchos y extensos giros. Con una impecable dirección de arte y fotografía y una afirmación de ideas del realizador, sobre lo que nos espera o ya sabemos que nos espera. Extensa, curiosa, con algunas mesetas, pero muy atractiva. Espléndida Lea Seydox.