Lo que construyen con cuidado, y amor por el género, los directores Andres Tamborino y Alejandro Cruz, es un western con todas las de la ley, que se disfruta tanto por su contenido como por su factura técnica y escenarios de La Rioja. Transcurre en los años 80 por algunos indicios estéticos, pero plantea una discusión, una problemática contemporánea. Es un pueblo en decadencia porque la mina que era fuente de trabajo y prosperidad está cerrada. Cuando llega una oferta para comprarla, de parte de “El ingeniero”, que además de sus promesas de progreso filosofa y habla de jazz, también llega un contrato para un personaje marginal. Hablamos de Almeida, que vive en las afueras, con su mujer embarazada, sus reglas, sus códigos. Es un héroe anónimo que representa al pueblo. Es el que recibe el encargo de matar al ingeniero. Y entre la víctima y el victimario están los poderes encarnados por el cantinero, el cura y el policía. Un entramado entretenido, interesante, simbólico, que nunca se aparta del género. Grandes actuaciones de Osvaldo Laport, Diego Velázquez, Daniel Valenzuela, Roly Serrano y Sebastian Francini, todos imbuidos del código planteado. (###)
WESTERN (Realizado en la Rioja, con planteos contemporáneos)