Una comedia de equívocos, con mordacidad contemporánea sobre una historia de confusiones y clases sociales que suena mas a las series inglesas del pasado con su alambicado sistema de los “de arriba y los de abajo”. Una historia trivial: Un matrimonio de norteamericanos que viven en Francia, están al borde de la bancarrota. El marido, un siempre eficaz Harvey Keitel lo sabe, la esposa una mordaz y maltratadora serial de la genial Tony Colette lo ignora. Solo la venta de un cuadro de Caravaggio pueden salvarles las papas. En ese estado una cena para doce comensales, se arruina con la llegada de un hijo del millonario alicaído. La organizadora no tiene mejor idea que obligar a su mucama a transformarse en “millonaria por un día” para que no haya mala suerte. Y la espléndida Rossy de Palma enamora a un banquero que la cree descendiente de la duquesa de Alba y se fascina. En este juego artificioso, la directora Amanda Sthers, que escribió el guión con Matthew Robbins, juega con todos los lugares comunes de una suerte de cenicienta, que florece con la experiencia. Un goce los actores en general, pero el resultado no deja de ser un entretenimiento módico, con ambientación lujosa y demasiados enredos de otros tiempos.
MADAME
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