La última película de Román Polansky que a sus 84 sigue filmando con su estilo, en este caso un thriller psicológico realizado con gran calidad y con dos estupendas actrices Emmanuelle Seignier (su esposa en la vida real) y Eva Green. Adaptación de una novela exitosa de Dolphine Vegan, a cargo de otro talento Olivier Assayas (“Personal Shopper”). Una historia que debe verse como los terrores interiores de un escritor frente a la página en blanco, cuando una traba emocional, poblada de miedos e inseguridades, impide el hecho creativo. Todo demasiado incentivado porque se trata de una escritora de mucho éxito, que se ve empujada por su repercusión a repetir fórmulas, para asegurarse ser siempre una gran best seller. En ese contexto de gran vulnerabilidad ella conoce a una admiradora que ingresará a su vida como si se tratara de un vampiro emocional, que se instala en su casa, y extiende sus tentáculos para dominar cada rincón de su existencia. Pero el film desliza aquí y allá un mecanismo burlón que el espectador inteligente sabrá captar, con dosis de inquietud, incluso de terror y de posible violencia, pero también en un juego de humor misterioso, de espejos y dobles. Esa escritora sensible que encuentra a alguien a quien confesar su inseguridad, que no se atreve a la obra oculta, que se aterra con anónimos que la acusan de “usar” y “dañar” a sus seres queridos, mira, quizás por primera vez, la profundidad de su oscuridad. Climas ominosos, humor, trampas constantes, entretenimiento, profundidad. Grandes actuaciones, y un director que si bien no esta a la altura de sus grandes obras maestras, siempre tiene un reconocible nivel.
BASADO EN HECHOS REALES
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