Este film de Juan Villegas, responsable del guión y la dirección de este disfrutable film, tan corto que apenas termina uno quiere más. Es que el autor que situó la acción en un lugar emblemático en su vida, Villa Gessell y en un edificio que le da titulo donde pasó sus vacaciones desde la infancia, no le tiene miedo a la comedia franca, física y verbal, pero tampoco al romanticismo y a una mirada luminosa de la vida, con inteligencia y talento. En esta historia de una pareja divorciada que se encuentra casualmente en el mismo lugar, en el mismo edificio. Una pareja que desde adolescentes tuvieron un hijo. Por un lado esta la madre de 36 años con su hijo de 18 en una relación difícil, extraña, con una realidad que a ella la da orgullo pero también un poco de vergüenza cuando se encuentra con ex compañeras de colegio que recién crían niños pequeños. Una mujer de carácter explosivo que tiene en Pilar Gamboa a una interprete dúctil, intensa, adorable y deplorable. Esta dupla descubre que en mismo edificio aparece el papá del chico con una novia joven. Mientras que una guardavida un poco mayor que el hijo en cuestión inicia una atracción mutua. Con estos enredos el humor surge fresco, realmente fluido pero también sirve para que el director explore las relaciones humanas, la nostalgia de tiempos idos, la oscuridad y la esperanza para esos seres que no encuentran un rumbo fácil pero están definitivamente encaminados. Un entretenimiento disfrutable desde el principio al fin.