La vuelta de Juan José Jusid al cine, con un guión que comparte con Cesar Gómez Copello y Olivier Kolker, es una coproducción con Brasil, rodada en Río de Janeiro, Buenos Aires y Bolívar y que se mete con un tema tan candente como el bullying en los colegios secundarios y lo que ocurre con un padre ausente, que realiza el viaje del titulo cuando su hijo entra en crisis. Sin embargo, a pesar de las investigaciones realizadas, el film de factura clásica y convencional, se expande en situaciones que no son tan necesarias para llegar por fin, hacia la última parte, al meollo de la cuestión, al sinceramiento de los protagonistas. Pero antes de eso, ese padre que vive en Brasil se muestra exitoso, con una mujer bellísima como pareja, fantaseando con otro bebé, y cuando intenta comunicarse con su hijo se enreda en una artificiosa aventura con dos “viudas negras” que poco aportan al hilo conductor. Lo mejor del film son las actuaciones de Pablo Rago, siempre convincente en ese padre adolescente que toma conciencia de la gravedad de la situación de su hijo y de Tomás Wicz como el adolescente insoportable y conflictivo. Un vínculo que cuando se sincera vale.