Personajes tan ricos y famosos como Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist creados por Stieg Larsson, en la serie Milenium, ahora basados en la novela escrita por David Lagercrantz, son rescatados una vez más. El director Fede Alvarez (“No respires”) escribió el guión junto a Jay Basu y Steven Knight, y le dio a la diminuta hacker una dimensión que va desde la batichica, a un toque a lo James Bond que por si sola se enfrenta a la policía sueca, a una mafia de temibles integrantes arácnidos y un agente norteamericano, para poder salvar al mundo. Y por supuesto usa sus habilidades vengativas, con armas, motos, saltos a mares helados y otras vueltas de acción que desvirtúan la riqueza de su personalidad. Pero además esta vez es el centro de la historia están sus secretos familiares plagados de perversiones al estilo de los casos que antes investigaba con su amigo Mikael y algún hacker aliado. Para esta transformación de Lisbeth eligieron a una actriz de moda, Claire Foy, la protagonista de “The Crown, que le aporta intensidad sin grandes posibilidades de sutilezas y despliegue de actuación para una chica permanentemente en peligro en escenas de acción que copan el film. Con esta elección hacia la aventura espectacular y los efectos especiales, el personaje pierde ese misterio espeso de una vida torturada por experiencias límites y necesidad de venganza para parecerse más a una heroína del montón. Pero hecha esta salvedad también hay que decir que la película resulta un entretenimiento nada desdeñable, pero lejos de la pasión que generó este personaje que fue inolvidable en manos de Noomi Rapace y bien construido por Rooney Mara en manos de David Fincher.