Es la opera prima del conocido actor Ignacio Rogers que combina terror con leyendas autóctonas, ritos mortales y complicidad de vecinos en una zona de bosques y lagos, lo suficientemente aislados como para que el mal pueda atraparlos. Un grupo de jóvenes en plan de vacaciones económicas aceptan una invitación vaga para pasar un descanso en unas cabañas aisladas. Una pareja (Martina Juncadella y Julián Tello) con dos que alguna vez fueron novios (Violeta Urtizberea y Ezequiel Díaz). El supuesto fantasma de un conquistador cruel y sanguinario aparece pronto y una chica del lugar (Ailin Salas) será asesinada en sospechosas circunstancias. Como en el cine clase B de los ochenta y noventa, ingenuos turistas en un ambiente enrarecido por leyendas del lugar que exigen su precio de sangre. Con un buen comienzo que establece de entrada el clima ominoso después la acción se muestra menos original, pero mantiene en alto el intento del terror con elementos autóctonos y escenas bien logradas con otras muy cercanas al lugar común.