A un huracán grado 5 en el estado de Florida se le suman caimanes. Ya el afiche lo dice todo, chica linda nadando en la superficie e inmenso cocodrilo mirándola con cariño de depredador. La historia te muestra a una atleta de competición universitaria preocupada porque, según informa su hermana desde Boston, su padre no contesta las llamadas y hay alerta roja por una tormenta peligrosa. Ella viaja dos horas hasta la casa de su padre y solo encuentra a su perrito. Se lo lleva y sigue viajando hasta la vieja casa donde se crió. Allí, ya ha desoído todas las advertencias de evacuación, encuentra, en el sótano, a su padre herido y a unos huéspedes inmensos y peligrosos. Con ese material de film catástrofe el director Alexander Aja, producido por Sam Reimi brinda un entretenimiento al que su público va absolutamente advertido de lo que se viene. Padre e hija quedaran atrapados en ese espacio que se inunda mientras los visitantes escamosos se multiplican. Para matizar están los recuerdos de la relación, lo severo que era él con su entrenamiento, los problemas emocionales, lo que no se hablo. Lo que queda claro es que Kaya Scondelario es la heroína adecuada, bella pero con temple, como una Sigournye Weaber o Blake Lively, chica de acero para enfrentarse a tanto peligro. Y el británico Barry Pepper brinda lo suyo. Las bestias tienen una verosimilitud de calidad. En el argumento aparecen otros personajes que tienen un destino marcado, porque no es cuestión de masticarse a los protagonistas de entrada. La tensión se mantiene, algunos diálogos son tontos, pero hay que reconocer que los que gozan con este tipo de cine tendrán su entretenimiento bien logrado