La película dirigida y escrita por Ernesto Aguilar tiene un buen punto de partida. Dos mujeres llegan a una casa en el medio del campo. Son pareja desde no hace mucho tiempo. La dueña ha sufrido problemas psicológicos, estuvo internada, pronto se sabrá que en esa casa, fue abusada durante años por su padre. Esa situación queda en el centro de la escena pero con los buenos elementos que reúne el argumento, se acumulan acontecimientos, se repiten situaciones y las constantes vueltas de tuerca llegan a agobiar al espectador. Una verdadera sucesión de maldad e impunidad, donde el círculo del infierno parece no tener fin. Demasiados acontecimientos y poca profundización en los personajes le quitan interés al film. Hay momentos muy logrados en el filo del terror psicológico y otros demasiados obvios