JUDY

Es recomendable no perderse este film, que tiene sus defectos pero una enorme virtud. Que el director Rupert Goold, después del esfuerzo increíble que hizo René Zellweger para ser aceptada en el papel- un casting exhaustivo que ella misma pidió- la haya elegido y le haya dado todo para que brille maravillosamente como Judy Garland. No se trata de una imitación, es una verdadera creación, una inmersión en esa estrella en su último año de vida, una guerrera constante, dependiente y frágil, nerviosa y única. La Zelleger, que probablemente se quede con el Oscar, canta a su estilo, se entrega en cuerpo y alma para mostrarnos a esa estrella legendaria sensible e irónica, dueña de la escena pero también perdida en quiebres emocionales, tristeza infinita y sensibilidad a flor de piel. Esa presencia hipnótica que logra esta gran actriz es lo que nos emociona de un film que tiene los mejores temas de la Garland y algunos flashbacks que nos remontan a la filmación de “El mago de Oz” donde Louis B. Mayer, el poderoso empresario le roba su niñez, la somete al consumo de pastillas que marcarían su vida y su muerte, en una actitud mucho más abusiva que la muestra la película. No es una biopic tradicional. Solo esos recuerdos, y los últimos meses de vida, envuelta en un desastre financiero, sin una casa donde vivir, acorralada por el padre de sus hijos, que le exigirá su custodia, “obligada” a aceptar trabajar en Londres. Quizas sea un poco forzado la aparición de dos fans gays, que también inician el golpe emocional del final. Pero nada invalida un film y su estrella rutilante, tan bien en su papel que la misma Garland estaría complacida.


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