La historia de la protagonista se ubica en un específico contexto histórico en Inglaterra, donde el gobierno de Margaret Thatcher promueve y luego sanciona una ley que prohíbe la promoción de la homosexualidad en las escuelas. Un retorno a las ideas más represivas que se publicita como una vuelta a los valores morales tradicionales que cosecha adeptos por doquier. Una verdadera amenaza para la comunidad LGBTQ que se refugia en bares marginales y sufre la discriminación más o menos disimulada a diario. Para la profesora de gimnasia en un colegio secundario, su vida es reprimir su preferencia sexual, no se ha animado a asumir su deseo y se limita a una doble vida. Vive lejos del colegio para no cruzarse con sus alumnos y tiene una relación con una lesbiana declarada que le banca sus disimulos públicos. Con la familia, solo su hermana sabe que le ocurre, después de un matrimonio fracasado y un divorcio. En esa situación una alumna también lesbiana y más libre la pone “en peligro”. El momento de decisión donde una sociedad represiva saca lo mas oscuro de cada uno de nosotros, enfrentará a la triste Jean con la complicidad, la culpas y un vislumbre de libertad. Una muy interesante película escrita y dirigida por la debutante Georgia Oakley, con una gran actriz como Rosy McEwen, que en la sutileza de sus gestos, en la economía de su despliegue, demuestra un drama humano profundo.