Un vuelo que está por llegar a Nueva York es secuestrado por grupo no muy identificable de terroristas que quieren que se pudra todo en nuestro mundo y que las superpotencias se destruyan entre sí. Por eso piensan estrella el avión con una poderosa carga nuclear. Situaciones de violencia, tiros que desestabilizan el avión, terror y suspenso, en un ambiente claustrofóbico. En el argumento hay un agente encubierto que pretende salvar la situación, encarnado por el gélido Rhys Meyers mientras en tierra el conservador jefe de la Nasa piensa en soluciones finales, entre algunos terribles recuerdos familiares. Alec Baldwin maneja el personaje con pericia. Como en tantas situaciones que hemos visto en el cine el tema es salvar a los pasajeros o atacar al avión en el aire para que no destruya la ciudad emblemática del país. Entre discusiones y vuelta de tuerca que tensan los 93 minutos de duración (aunque en el título original se hablan de 97,una curiosidad)la tensión alcanza para un entretenimiento de suspenso y terror.