DESCANSAR EN PAZ

El protagonista de este drama oscuro es un hombre desesperado. Endeudado y enceguecido por mantener un estilo de vida con su mujer y sus dos hijos, queda acorralado por un prestamista mafioso, que amenaza su vida y las de los suyos si no paga lo que debe. Frente a una realidad que lo sobrepasa, pasar cerca del atentado a la Amia, la explosión lo hiere levemente, le da la excusa. Huir, pretender tener otra vida. Reinventar una historia desde la sencillez y la discreción. Aunque está partido en dos. Basada en la novela de Martin Baintrub, con guion del mismo autor, el director Sebastián Borenstein y Marcos Osorio Vidal el film indaga en esos personajes, la esposa del deudor, el prestamista, las vueltas de tuerca de una vida que sigue donde ninguno de los responsables puede disimular del todo su parte de tinieblas. Nadie es santo, muchos sufren, casi todos se acomodan cuando aparece la tentación de una vida holgada. Desde el exilio forzoso la carga enorme. Desde los duelos sufridos la seducción de lo fácil. Sebastián Borenstein filma como los dioses con escenas impactantes y muy logradas, con sutilezas muy logradas  y algún pequeño momento discutible. En realidad siempre le saca partido a esos muy buenos actores que se entregan a su visión: Joaquín Furriel en un gran trabajo, El Puma Goity en una composición que pone la piel de gallina. Los dos premiados en el Festival de Málaga con justeza. Lali González y Griselda Siciliani con gran entrega. Solo una ventana de una semana para los cines y en pocos días en Netflix. Para no perderla.


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