Una historia real, un film lineal y políticamente correcto, protagonizado por Will Smith. Quizás no tenga la carga de emoción de otros films de su tipo, pero es digno y sorprendente. Un medico patólogo, inmigrante de Nigeria, se enfrenta nada menos que a la poderosa liga nacional del fútbol americano. Descubre que esos constantes golpes en la cabeza de los jugadores los empuja en muchos casos a la locura y el suicidio. Perseguido, rehabilitado, todo se tapa y ese deporte sigue sembrando victimas.