La película de Yann Gozlan es un ejercicio de suspenso, con ecos no originales en un inicio y con una trama por momentos fantasiosa, con alguna que otra trampa, que sin embargo mantiene la expectación y el entretenimiento con una resolución final que sorprende. Un joven que intenta publicar sus textos sin éxito se encuentra con un manuscrito de un hombre ya muerto y sin familia y se lo apropia. Ya lo vimos no hace tanto en “Palabras robadas”. Con éxito y novia rica, surfeando entre las demandas de sus editores para segunda novela que el no sabe escribir aparece el chantaje de alguien que sabe la verdad. A partir de ese momento el protagonista trata de demostrar hasta donde es capaz de llegar para mantener su posición. Con un expresivo Pierre Niney y buen elenco, este estilo vertiginoso consigue mantener en vilo al espectador.
UN HOMBRE PERFECTO
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