Es una película que mantiene en vilo al espectador, es un thriller con un suspenso dosificado para sostener el interés pero a la vez le agrega otros lujos: un elenco donde se reúnen por primera vez Leonardo Sbaraglia y Ricardo Darín, acompañados en papeles breves pero muy intensos por Dolores Fonzi y Federico Luppi, y como es una coproducción con España el protagónico femenino es de Laia Costa que juega bien con la ambigüedad. En un paisaje imponente, rodada en España pero podría ser nuestro sur, todos los rubros técnicos son llamativos e impactantes. Es la historia de dos hermanos que se reencuentran después de muchos años por la muerte del padre, por enterrar sus cenizas y por la necesidad de convencer al que vive como un ermitaño en la cabaña familiar para vender la propiedad, mientras que la hermana de ambos habita un neuropsiquiátrico. Pero enterrado en lo profundo yace un secreto de una familia que se cierra sobre si misma ahogando a sus integrantes en un círculo enloquecedor. Durante todo el film el tiempo presente se intercala con el pasado en oportunos e inquietantes flashbacks que informan al espectador y están bien realizado aunque hacia el final se nota una debilidad evidente en el guión que no es correspondiente con todo el suspenso acumulado. No obstante, también deja espacio para que se especule con lo que realmente ocurrió después de terminado el film. El entretenimiento de calidad está logrado.
NIEVE NEGRA
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