Una de monstruos buenitos. Una especie de pulpos tan simpáticos como fue ET que se meten en camiones de ruedas gigantes para hacerlos funcionar más allá de lo explicable y un mensaje pretendidamente ecológico. Esos seres habitan lagos subterráneos que una compañía petrolera quiere destruir. Y los jóvenes que los descubrieron más un científico arrepentido lucharan por sus derechos a la vida. Anécdota sencilla para un producto menor que entretiene medianamente con buenos efectos especiales y un previsible desenlace que le roba ideas a la peli de Spielberg. Los “pulpos” son simpáticos y se convierten en lo mejor de la película. Pero solo es un entretenimiento sin muchas pretensiones para pasar el rato.