El director Fatih Akin, alemán, de familia turca, toca el tema de la justicia por mano propia, cuando los jueces fallan en sus veredictos, pero con una vuelta de tuerca muy especial. En el argumento, escrito por el realizador con Hark Bohm se tocan muchos temas sensibles, las chicanas legales de abogados con pocos escrúpulos, el resurgimiento de grupos neo nazis, con gente joven entre sus filas, el cuestionamiento de cómo reaccionaria cada espectador frente a una situación que involucre directamente a un hijo y a un marido. Eligió como protagonista a Diane Kruger, que filma por primera vez en su país y que sostiene la película con una actuación digna de los mejores elogios. Gano como mejor actriz en Cannes y el filme tuvo su Golden Globe y otros premios. La primera parte esta dedicada a mostrar un casamiento en la cárcel, con el hombre que cumplió su condena como traficante de drogas, y el personaje de Diane. Luego la vida cotidiana con su pequeño hijo y como el atentado con una bomba borra a la familia de la protagonista. El director se toma su tiempo para mostrar lo devastada que esta esa mujer, luego de manera convencional muestra los entretelones del juicio con los culpables, y por fin como una mujer puede convertirse en una vengadora pero con dudas y sorpresas. No es un gran film, pero mantiene la tensión, vale por el gran trabajo de la Kruger, y para quedarse discutiendo sobre el contenido final.