En esta entrega de los XMen los mutantes se enfrentan a un enemigo demasiado poderoso, Jean Gray, impactada por una misteriosa fuerza cósmica se hace infinitamente más potente, pero ella no puede controlar lo que le ocurre y cada arranque de ira puede ser letal. Y de hecho lo es. Pero además un grupo de alienígenas en extinción desean poder dominarla y hacer renacer su raza. Colocando al grupo de mutantes en el espacio, sin poder controlar a una de su comunidad, se multiplican los peligros y los humanos volverán a verlos como una amenaza a destruir. Por eso los históricos y los nuevos deberán forzosamente estar unidos, pero nada es tan simple. En este caso Sophie Turner, (la inolvidable Samsa de Games of Thrones) es la magnética protagonista que impone su belleza y estilo. Igual que Jessica Chastain impecable como la contrincante extraterrestre. Con buenos efectos especiales y una historia que pone al límite al grupo de mutantes, la historia escrita y dirigida por Simon Kinberg (guionista de las XMen 2006, 2014 y 2016) funciona sin fisuras y es un entretenimiento bien logrado, que encantará a sus fans, que se atreve con audacias y coherencia para transformarse en una de la más logradas de la saga.