Una película de Víctor Laplace en tono jocoso y delirante sobre temas tan serios y acuciantes como la sabiduría religiosa, las perversiones y las ambiciones personales desatadas. El guión de Leonel D´Agostino, basado en la obra “Niños expósitos” de Rafael Bruzza, es una pintura de antihéroes ya grandes que sufren una crisis existencial a destiempo. Dos monaguillos cuarentones, que se criaron con un cura ya envejecido y aparentemente cerca de la muerte, que deben decidir si cumplen con sus deseos, “ayudan” los desenlaces y se adelantan a un plan divino bastante misterioso. Laplace guía con mano segura el delirio desatado entre el trio de personajes que lo incluye como actor, junto a Gaston Pals, Javier Lester que poseen la química justa para los razonamientos locos y los actos pretendidamente heroicos. Utilizar el humor para temas tan complejos como las enfermedades, perversiones, creencias religiosas, temas incómodos y complejos, es una apuesta arriesgada que llega a buen puerto. La risa como elemento de reflexión.