Después del éxito de “Perdida” esta es una precuela de la historia, pero que no tiene relación directa en la trama, salvo que es la presentación de la protagonista, “Pipa” y sus primeras experiencias como policía, más un recuerdo traumático, la desaparición de una amiga, que ella investiga en la primera película. Aquí, con el mismo director Alejandro Montiel,, basada también en otro libro de Florencia Etcheves, que escribió el guión con Mili Roque Pitt y el realizador, lo primero que salta a la vista es la gran producción de la plataforma Netflix. Es la primera vez que invierte en una película argentina. Joquin Furriel encarna a un enigmático personaje que comparte protagónico con Lopilato, primero como misterio, segundo como sospechoso y al mismo tiempo como alguien que la pone a prueba y finalmente la acepta. Comienza con un caso que culmina, se meten en otro que tiene ecos de la crónica policial de nuestro país y al mismo tiempo hay una investigación interna. Giros, suspenso garantizado y sorpresas para un público que espera ávido el estreno, más aún en época de cuarentena. Luisana se siente cómoda en un rol que promete replicarse en una nueva película. Furriel efectivo como siempre. Y el entretenimiento de nivel globalizado seguramente será bien recibido aunque sin un aire de pertenencia.
Disponible en Netfix