Un título que puede remitir a la vacuna o a una famosa saga alienígena. Una manera de hacer atractivo a un producto con una gran producción como ocurre últimamente con las películas rusas que llegan a nuestro país. Y si bien tiene que ver con un ser del espacio, posee toda una reflexión sobre las relaciones humanas y los verdaderos peligros que no vienen precisamente de afuera de la tierra. Una película de Egor Abramenko que supone que un astronauta llega a la tierra con un huésped en el interior de su cuerpo, que participa de sus emociones pero cuando lo deja durmiendo suele darse algunos monstruosos paseítos. Una necesidad que un militar, en una lejana base, alimenta con el fin de poseer un arma única y letal, porque el orden del más fuerte es todo lo que importa. Para hacerle frente está una científica, muy bien interpretada por Oksana Akinshina que aporta el elemento de acción y también la parte romántica del asunto, entre ella, el astronauta y esa extraña criatura que se alimenta de la reacción química que produce el miedo. La propuesta no es desacertada, aunque con ideas que ya hemos visto en otras películas de Hollywood, con una vuelta de tuerca romántica y un toque melodramático innecesario hacia el final. Un poco larga pero sirve para pasar el rato entretenido.
DISPONIBLE EN SALAS DE CORDOBA, JUJUY, ENTRE RIOS, CHUBUT Y JUJUY