Otra vez Paul N. S. Anderson, junto a su bella esposa, una heroína de acción como pocas, Mila Jovovich, se meten en la versión cinematográfica de un video game, es el rey en ese rubro, con la intención de reverdecer los mismos éxitos que le proporcionó especialmente “Residente Evil”. No hay ninguna otra inquietud que cazar monstruos durante toda la peli, de variada factura y muy poca preocupación por la historia. La combatiente Mila tiene que lidiar con un compañero que ni siquiera habla inglés, que primero la ataca y después se muestra amigable y suma compañeros de acción. Y aunque parezca mentira logran en algunos momentos una simpática conexión. Con el equipo llega el personaje biligüe de Ron Pelerman, que facilita un tanto las cosas. Es de esas películas, de placeres culposos, donde el espectador ya sabe de antemano que quiere aventura y acción. Aquí aparecen monstruos de todo tipo y tamaño; Una gran araña mezcla con cangrejo que tiene familiares de todos los tamaños y parece la peor pesadilla, lo demás tiene que ver con un “diablo” grande como un camión que se esconde en la arena, tormentas enormes y otras delicias similares que te carbonizan de un soplido . Nada nuevo, con muchos efectos especiales y solo la intensión visual con los bichos CGI y los efectos especiales.