La propuesta del director Tim Story y su equipo es rescatar para nostálgicos y los chicos el atractivo eterno de los personajes de Hanna- Barbera en su lucha eterna de persecuciones y enredos que puede generar un público nuevo. La combinación con conflictos humanos no está bien lograda. A diferencia de lo que ocurre con Las Brujas de Zemeckis, el respeto al original y la falta de creatividad para la historia de los actores de carne y hueso no ensambla como se debe. La frescura de Tom y Jerry permanece intacta. Lo que sucede a su alrededor es una boda en el hotel más lujoso que la presencia de Jerry puede arruinar y se contrata a Tom para erradicarlo. Y además una chica ambiciosa que roba un curriculum para jugar a ser la organizadora de una boda y un empleado envidioso que complicara aun más todo. Chloë Grace Moretz parece incómoda en su rol, Michael Peña se luce y el resto del elenco hace lo que puede. Hacia el final se acumulan los delirios con animales de todo tipo, conflictos amorosos y desastres por doquier, un poco la marca que caracteriza al dúo animado inolvidable.