Ya la primera entrega, hace siete años, de esta familia de las cavernas se reemplazaba una mirada inteligente por payasadas y mucha acción. Aquí, ellos luego de recompuesta la relación del jefe de familia con el novio mas evolucionado de su hija mayor, se encuentran con una familia que tiene una granja como “los picapiedras”, cercada, llena de comodidades, provisión de agua, comida cultivada, duchas, inodoros, y otros lujos como la ropa elegante y el calzado. De esa contraposición donde hay conflicto entre los distintos momentos culturales, surgen algunos apuntes que valen como el amor adolescente en conflicto, las amigas nuevas, el primer “teleadicto” de la era, pero no mucho mas. Todo se resuelve otra vez con estridencia constante, mucha acción frenética y previsibles resoluciones y arrepentimientos. No mucho más.