Es la opera prima de Felipe Gómez Aparicio que es un destacado y premiado publicista, que reconoce que la historia tiene un germen en una relación familiar que el mismo experimentó. El film muestra a un adolescente que entrena y mira sus abultados músculos, en su desarrollo hacia la perfección. Para eso es necesario el obsesivo entrenamiento solitario. Pero no alcanza, están las horas de gimnasio. Y como se advierte rápidamente ese impulso hacia el cuerpo impresionante, de fisicoculturista, está impulsado por una madre oscura, perversa, que no vacila en proporcionarle anabólicos con pastillas e inyecciones, aparentemente para lograr una instalación artística donde ese chico , ese objeto que ella mide y acaricia con deseo reprimido, es el centro. Pero ese adolescente que se mueve en un colegio privado donde las observaciones machistas están a la orden del día, experimenta rebeldías, cansancio, dudas sexuales, violencia y su reacción. El mundo de los gimnastas que tallan su cuerpo, vulgarmente llamados “patos vica” esta mostrado a la perfección con obsesiones, misterios y ritos. Hombres narcisistas que crean su obra a partir de sus propios cuerpos mostrados como verdaderas esculturas. Muy buenos trabajos actorales a partir de Mauricio Yorio, Antonella Ferrari y especialmente lo logrado por Umbra Colombo.