El director y co-guionista Alejandro Hidalgo se cebó con el tema de los exorcismos y las posesiones demoníacas. Comienza la película con un ritual que se cumple pero con un detalle, el cura en cuestión, invadido por un demonio muy particular, sucumbe al deseo y tiene relaciones con la chica liberada. Dieciocho años después, ya instalado en México ejerce la caridad en un hogar de niños y es tratado con respeto y casi como un hombre santo. Pero el demonio vuelve y multiplicado, así que arremete por doquier, tanto que por momentos parece una película de zombies al ataque, pero no. Es ese demonio insaciable que se sirve de presas, niñas, monjas, guardias y por supuesto del cura en cuestión y un veterano ayudante que tiene sus secretos pero también la clave para que se realice el título de la película.