Cada vez que se anuncia una película sobre una novela de Stphen King crece la expectativa, aunque a veces algunas adaptaciones fueron un fiasco. En este caso se eligió una de sus novelas que ya tuvo su versión en el cine, con Drew Barrymore como protagonista, dirigida por Mark Lester. Ahora la protagonista de “Firestarter” tal su título original es Ryan Keira Armstrong que se hizo famosa con la miniserie “Anne with an E”. La preadolescente heredó ciertos poderes de sus progenitores. Ellos en su época universitaria participaron de un experimento con drogas alucinógenas, que le dieron ciertas cualidades. Al padre encarnado por Zac Efron le dio un poder hipnótico, llamado “el empuje”, que tiene sus consecuencias porque le provoca hemorragias cerebrales. A la mamá de la protagonista, esas drogas le aportaron cierto grado de telepatía. Pero la nena es más potente, desarrolla la “piroquinesis”, la habilidad r de provocar incendios, cuando experimente emociones fuertes. Pero según pronostica uno de los médicos que inició el proyecto, puede lograr dominar una energía similar a la de una bomba atómica. Con esos elementos la chica comprende la necesidad de huir de una organización siniestra que quiere utilizarla y cuando apresan a su padre la cosa se pone ardiente. Esa mezcla de indefensión frente a una organización impune y poderosa, que experimentan todos los seres especiales de ficción, frente a su propia fortaleza, arma un buen conflicto para esta suerte de “hermanita” de Carrie. El director Keith Thomas, con el guión de Scott Teems, maneja, dosifica, crea climas propicios para el suspenso y el entretenimiento, con buen uso de efectos especiales y un final que bien puede habilitar secuelas. Acción y terror, buenos actores, la música del legendario John Carpenter redondea un entretenimiento bien construido y disfrutable. Ideal para ver en cine.(###)