Un film que se muestra de una manera y luego se da vuelta como un guante para mezclar realidades y razonamientos, para perturbar al espectador y sacudirlo, para sembrar la inquietud y el desconsuelo. Una historia basada en la novela anónima de Martin Kohan, quien hace un cameo al comienzo del film, le aprueba una investigación a un profesor universitario, que se traslada a Bahía Blanca para seguir los pasos de Ezequiel Martínez Estrada. A poco de llegar sus encuentros con un vecino supersticioso, con fanáticos religiosos y una chica en un locutorio marcan el desinterés de este hombre por su supuesta investigación y una intención de búsqueda significante en cada hecho que jalona su vida. En cada paso casual. Una manera de refugiarse en el olvido en una ciudad “maldita” que el director conoce y explora muy bien. Pero cuando se cruza con un amigo su ficción se desmorona y se tuerce, se torna oscura confesión y luego esa criatura enferma se enfrentara a una soledad sin remedio. Tan distorsionada como desoladora. Muy buenos trabajos de un elenco sabiamente elegido por este talentoso director Rodrigo Caprotti: Guillermo Pfening, Marcelo Subioto, Elisa Carricajo, Ailin Salas, Javier Drolas, Juliana Martínez Rubio. Cruce de géneros, de lo policial al humor más oscuro, a la comedia de razonamientos inteligentes, al drama descarnado.